Huayna Cápac (quechua: Wayna Qhapaq, "rey joven") fue el undécimo y penúltimo gobernante del incanato.
Durante su infancia y juventud fue llamado Tito Cusi Huallpa, había nacido en Tumibamba (Ecuador) cuando su padre, el sapa Inca Túpac Yupanqui, estaba en campaña contra los cañaris de la región.
Tras el asesinato de su padre, en 1493, debe afrontar
conspiraciones de sus hermanos. Como Huayna Cápac aún no podía asumir el
poder, los orejones nombraron un Inca Rantin (regente o
sustituto) para que gobierne provisionalmente; este cargo de confianza
recayó en Apo Huallpaya, quien fue descubierto en una confabulación
traidora, capturado y ejecutado.
Después de aprobar el Huarachico (ceremonias de iniciación viril), Huayna Capac recibió la mascaypacha roja, máximo símbolo del poder incaico.
Su gobierno se concentró en esfuerzos por consolidar el dominio
inca en todas las regiones del imperio. En ese sentido realizó diversas
campañas para sofocar rebeliones. En el Chinchaysuyo dirigió
personalmente la represión a los huancas, cañaris, huancavilcas, chonos y
punaeños. También aplastó la rebelión de los Chachapoyas y en el
extremo norte anexó hasta el río Ancasmayo, en tierras de la actual
Colombia.
Con esto alcanzó los máximos límites que tuvo el Tahuantinsuyo. Teniendo como base de operaciones a la llaqta
de Tumibamaba dirigió campañas contra los tallanes, tumpis, cayambes y
carangues. Al enterarse de otras rebeliones en el Collasuyo envió a su
general Yasca para sofocarlas y construir fortalezas en la frontera con
los belicosos chiriguanos.
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Las crónicas le atribuyen la implantación del sistema de pinacuna o piñas, convirtiendo en "esclavos" a ciertos grupos rebeldes para enviarlos a los duros trabajos en los cocales de la selva alta.
Una epidemia, posiblemente de viruela, transmitida por un
contingente de indígenas chiriguano durante una incursión a través del
Chaco, y que a su vez había sido introducida por una colonia española
del Río de la Plata, diezmó la población y acabó con la vida del mismo
emperador.
Aunque hubo de sofocar varias revueltas, en general el reinado
de Huayna Cápac fue un periodo de estabilidad, que permitió la
construcción de grandes templos y obras públicas. Sin embargo, facilitó
la descomposición del imperio al dividir la herencia entre su hijo
legítimo Huáscar (al que legó la parte sur, con capital en Cuzco) y su hijo predilecto Atahualpa (al que hizo rey de la parte norte, con capital en Quito).
Desde 1523 tuvo noticia noticias de la presencia de individuos
con grandes barbas y extraños vestidos que llegaban por el mar navegando
en gigantes "casas de madera". Siete años después, el enfrentamiento entre sus dos hijos permitió la dominación del Perú por el reducido ejército de Pizarro.
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