jeudi 31 janvier 2013

Chalcuchímac

Challcochima luchando contra las etnias del norte
Challcuchimaq (Challcuchima, Chalkuchimac o Challcochimaq) era, junto con Quisquis y Rumiñahui, uno de los tres Generales principales de Atahualpa. En la batalla de Quipaipan, en abril de 1532, derrotó y capturó a Huáscar.

Cautiverio de Calcuchimac  
  
Mientras que Hernando Pizarro saqueaba Pachacámac y Rímac, Challcuchimac guiaba un ejército por la sierra central peruana, hasta que fue llamado por Hernando de Soto quien le aconsejó que "sería un deshonor que tan prestigioso general no visite a su majestad inca". Chalcuchímac, convencido de la buena fe del español fue a visitar a Atahualpa, en Cajamarca, ahí el general fue traicionado y tomado preso por los españoles.

En prisión, fue torturado (sufrió de graves quemaduras) para revelar la ubicación de los más grandes tesoros incas, pero éste sólo habló cuando no estaba frente a Atahualpa.

Muerte


Tras la muerte de Atahualpa, él y los demás presos acompañaron a los españoles en su marcha hacia el Cuzco. Estaban consigo Túpac Hualpa, el primer inca marioneta nombrado por Francisco Pizarro.

En pleno viaje, apareció un joven hijo de Huayna Cápac, que estaba convencido de que los españoles eran salvadores pues peleaban contra Quisquis (quien había hecho desmanes en la toma del Cuzco), se trataba de Manco Inca. Manco Inca prometió ayuda y fidelidad a los españoles. Éstos le prometieron salvación a los terribles abusos que cometieron los partidarios de Atahualpa en la ciudad de Cuzco.

Francisco Pizarro acusó a Calicuchíma de envenenar a Toparpa Túpac Hualpa, luego lo condenó a muerte. Al negarse a ser bautizado, Chalcuchímac voluntariamente entró a la hoguera para ser quemado vivo.
Su muerte fue recibida con alegría por parte de los incas cuzqueños.

Fuente : Wikipedia

El Mito de Wiracocha

Wiracocha en la portada del sol de Tiahuanaco
Antes que los Incas reinasen, cuentan que en el principio, Wiracocha creó un mundo oscuro y luego de ordenar el cielo y la tierra creó una raza de gigantes. A estos les mandó que viniesen en paz para que lo sirviesen, mas como no fueron recíprocos con él, los convirtió en piedras, enviándoles a la vez un diluvio general al cual llaman Unu Pachacuti, que quiere decir "el agua que transformó el mundo".

Pasado el diluvio y seca la tierra, Wiracocha determinó poblarla por segunda vez y para hacerlo con más perfección determinó criar luminarias que diesen claridad, para esto fue al gran lago Titicaca y mandó allí que salieran el Sol, la Luna y las estrellas y subiesen al cielo para dar su luz al mundo. Y dicen que la Luna tenía más claridad que el Sol, por lo que este al tiempo que subían le echó un puñado de ceniza en la cara y que desde esa vez quedó la Luna con el color que ahora tiene.

Y luego que todo esto pasó, en la dirección Sur, apareció el enviado de Wiracocha, que era un hombre de crecido cuerpo, el cual en su aspecto y en su persona mostraba gran autoridad, llamándolo Wiracochan o Tunupa. Vestía una túnica andrajosa que le daba hasta los pies: traía el cabello corto, una corona en la cabeza y un báculo como los que llevaban los sacerdotes y astrónomos antiguos.
Dicen también que llevaba a cuestas un bulto en el que transportaba los dones con los que premiaba a los pueblos que lo escuchaban.

Y dicen que este hombre tenía gran poder, que de los cerros hacia llanuras y de las llanuras cerros grandes. Hacía también cosas mayores por que dio ser a los hombres y animales, y que por su mano vino un notable beneficio.

Luego se dirigió a Tiahuanaco y en este lugar dibujó y esculpió en una losa grande todas las naciones que pensaba crear; después de esto, inició su peregrinaje obrando maravillas por el camino de la serranía, mandando salir a los pueblos de sus Paqarinas diciendo: "Gente y naciones oigan y obedezcan que yo les mando salir, multiplicar y henchir la tierra". Y a su vez todos los lugares obedecieron y así unos pueblos salieron de los suelos, otros de los lagos, fuentes, valles, cuevas, árboles, peñas y montes.

A la vez que esto sucedía, pintaba a cada pueblo el traje y vestido que habrían de llevar y así mismo dio a cada nación la lengua que habría de hablar, sus cantares y las semillas. Y así en este camino de los Andes y montañas de la tierra fue dando y poniendo nombres a todos los árboles grandes y pequeños, tanto como a sus flores y frutos, mostrando a la gente los que eran buenos para comer y los que no y los que eran buenos para medicina y, asimismo, puso nombre a todas las yerbas e indicó el tiempo en el que habrían de florecer y fructificar. También dio orden a los hombres sobre cómo vivir, hablándoles amorosamente con mucha mansedumbre, amonestándole para que fuesen buenos, y los otros no se hiciesen daño ni se injuriasen; luego les enseñó cómo cultivar; para esto rompía la tierra con la punta de su báculo quedando esta dispuesta para sembrarse, y así con su sola palabra hacía nacer el maíz y los demás alimentos.

En ese largo peregrinar, dicen que también halló algunas naciones rebeldes que no habían cumplido con su mandato, por lo que los convirtió en piedras, en figuras de hombres y mujeres con el mismo traje que traían. Estas conversiones fueron hechas en Tiahuanaco, Pucara y Jauja.

En dichos lugares se encuentran unos bultos de piedras grandes y en algunas otras partes dicen que tienen tamaños casi gigantes. Y es así como llegó a la provincia de Cacha habitada por los Canas, y éstos, como no lo conocían, salieron armados y dispuestos a matarlo. Entonces Wiracocha, al observar esta actitud, hizo que cayese fuego volcánico sobre ellos. Y los canas, por el temor de verse quemados, arrojaron sus armas y lo veneraron. Viendo esto, Wiracochan tomó su báculo y paró el fuego; luego, puso orden entre ellos. En memoria de este hecho le edificaron un suntuoso adoratorio y hoy en día, aún se puede ver el cerro de Cacha con su enorme quemadura que consumió las piedras de tal manera que ellas mismas se hacen testigos de este hecho, por que quedaron tan quemadas que se las pueden levantar como si fuesen madera liviana.

Dicen que después de este suceso llegó al pueblo de Urcos, y subió a un cerro alto desde donde mandó saliesen de él los naturales de Urcos, por lo que con el tiempo le erigieron en este lugar un rico adoratorio, edificando en este un escaño de oro fino y una imagen a semejanza suya.

Luego Wiracochan prosiguió su camino y llegando a cierto sitio creó a un señor al cual puso el nombre de Alcaviza y al lugar por nombre Cusco; dejando el mensaje que después de este señor vendrían los Incas Orejones a quienes todos respetarían.

Este Wiracochan a quién los pueblos llamaban también Tunupa, Tarapaca, Wiraccochan pachayachicachan, Bichaycamayoc, Cunacuycamayoc Pachacan; que quiere decir el enviado de Wiracocha, su fuente, el predicador, el encargado del presente o el conocedor del tiempo, dicen que se dirigió al pueblo del curaca Apotambo (Señor de Tampu, Tambo u Ollantaytambo), a donde llegó cuando se celebraban unas bodas. Fue en esas circunstancias que el Curaca escuchó sus razonamientos y predicamentos con mucho amor, mas su pueblo no lo hizo así, por lo que Wiracochan los reprendió con amor afable. Y, luego de esto, en un gesto de reciprocidad, entregó el báculo que portaba y en el que se encontraban grabados todos sus conocimientos, al curaca Apotambo. Pasado esto, en memoria de Wiracochan labraron una montaña a imagen y semejanza suya, a la cual veneraron muchísimo.

Luego, este Wiracocha prosiguió su camino haciendo sus obras hasta que llegó a la línea equinoccial cerca al Ecuador, donde queriendo dejar esta tierra, informó a la gente sobre las muchas cosas que habrían de suceder. Les dijo que con el tiempo habrían de venir gente diciendo ser Wiracocha y a los cuales no les deberían de creer. Y dicho esto se metió al mar caminando por sobre el agua como si fuese su espuma..."
Dicen que pasado el tiempo y luego de que el pueblo de Tambo u Ollantaytambo floreció gracias a los conocimientos dejados por Wiracocha, el báculo dejado por él, se transformó en oro fino en el momento en que nació uno de los descendientes de Apotambo llamado Manco Capac quién vino a ser el primer Inca, y con este báculo de oro pasado los años se dirigió a las partes altas de una serranía para fundar la que con el tiempo sería la capital del Imperio de los Incas: el Cusco.

jeudi 24 janvier 2013

Guerra Civil entre Huáscar y Atahualpa

El conflicto surgido entre Huáscar y Atahualpa marca la decadencia del imperio de los incas. Al término de esto el monarca triunfante, Atahualpa, no disfrutaría mucho de su victoria pues ya los españoles pisaban territorios del Tahuantinsuyo y, posteriormente, llevarían a efecto el procesamiento del soberano iniciando con ello la conquista y dominación española en nuestro suelo.
La sucesión del trono

El legítimo heredero, designado por Huayna Cápac, era su hijo el príncipe Ninan Kuyuchi, quien murió casi al mismo tiempo que su padre, victima de una extraña peste que asoló la región ecuatoriana (probablemente fue la viruela traída por los españoles y que se propagó desde Panamá). Pero como aún en vida, Huayna Cápac había designado a Huáscar como segundo sucesor al trono imperial, entonces este se ciñó la Mascapaicha que le acreditaba como gobernante del Tahuantinsuyo al que, también, aspiraba su hermano bastardo Atahualpa, que habiendo nacido en el Cusco había asinilido a la nueva nobleza de Quito y que, de esta forma, veía postergadas sus ambiciones.


La guerra

Encolerizado, a su vez, Huáscar porque su hermano no había acompañado los restos de su padre, de Quito al Cusco, y porque tampoco había acudido a rendirle homenaje de sumisión y pleitesía, castigó con la muerte a la embajada que Atahualpa le había enviado para presentarle sus excusas por su inasistencia al Cusco. Pensó, de esta manera, Huáscar, hacer sentír su autoridad. No lo consiguió ya que esta acción del gobernante cusqueño provocó la sublevación de Atahualpa, desencadenandose la guerra civil.

(Huáscar es llevado prisionero  
por los generales atahualpistas Quisquis y
Calcuchímac. ----- > )
 
En el curso de los acontecimientos, Huáscar consiguió exitos iniciales. El general Atoc, enviado por él, logró derrotar a la huestes de Atahualpa en la batalla de Tumi-Pampa. Atahualpa fue hecho prisionero pero logró escaparse. Reorganizó su ejercito y cerca al Cusco derrotó al ejercito de Huáscar en la batalla de Quepay-Pampa. El ejercito triunfante de Atahualpa se volcó sobre la ciudad imperial, la que fue saqueada y destruida completamente. Huáscar fue hecho prisionero y obligado a presenciar esta destrucción. Se buscaba no dejar vestigios de lo que había sido la ciudad del Cusco, así como de su arrogante nobleza imperial.

En esta forma se precipitaba la ruina del Tahuantinsuyo. El poderío imperial estaba debilitado. Atahualpa, luego de la victoria de sus generales retornó hacia el norte, deteniéndose en Cajamarca. En estas circunstancias hacian su aparición los españoles en las costas de Tumbes. Más tarde, Atahualpa fue hecho prisionero por los españoles y, desde allí, mandaría matar a su hermano Huáscar que aún se encontraba en prisión. A su vez, él fue ajusticiado el 26 de julio de 1533.

Fuente

vendredi 18 janvier 2013

El Mito de Yacana

La Gran Yacana - Fuente
En el antiguo Perú la mayoría de constelaciones que se veían en el cielo no estaban formadas por conjuntos de estrellas, como lo entendemos hoy nosotros, sino por las manchas negras, los espacios vacíos que hay entre los conjuntos de estrellas, la parte iluminada del cielo.

A continuación presentaremos el mito que se tiene en la provincia de Huarochirí (en la sierra de Lima) sobre esta constelación andina y la importancia que tiene para sus pobladores.

Mirando el cielo, la constelación andina se puede reconocer porque tiene la forma del cuello y la cabeza de una llama, y en el lugar de los ojos hay dos estrellas muy brillantes. Quizás por ser estas constelaciones andinas espacios oscuros, y por representar la llama, las llamas de lana negra eran muy usadas en las principales ceremonias religiosas del Tawantinsuyu.

El Mito de Yacana

 

La constelación que llamamos Yacana, es el "camac" de las llamas, o sea su fuerza vital, el alma que las hace vivir. Yacana camina por un grán río (la Vía Láctea). En su recorrido se pone cada vez más negra. Tiene dos ojos y un cuello muy largo. Se cuenta que Yacana acostumbraba beber agua de cualquier manantial, y si se posaba encima de alguien le transmitia mucha suerte. Mientras este hombre se encontraba aplastado por la enorme cantidad de lana de Yacana, otros hombres le arrancaban la fibra. Todo esto ocurría siempre de noche.

Al amanecer del día siguiente se veía la lana que habían arrancado la noche anterior. Esta era de color azul, blanca, negra, parda, las había de toda clase, todas mezcladas. Si el hombre afortunado no tenía llamas, rápidamente compraba algunas y luego adoraba la lana de la Yacana en el lugar donde la habían arrancado. Tenía que comprar una llama hembra y otra llama macho, y sólo a partir de estas dos podía llegar a tener dos mil o tres mil. Esta era la suerte que la Yacana confería a quienes se posaba encima de ellos. Se cuenta que en tiempos muy antiguos, esto le ocurrió a muchas personas en muchos lugares. A la media noche y sin que nadie lo sepa la Yacana bebe toda el agua del mar, porque de no hacerlo el mar inundaría al mundo entero.

Yutu (la perdíz) es una constelación pequeña que aparece antes que la Yacana. Según cuenta la tradición, la Yacana tiene un hijo que cuando mama ésta se despierta. Tambien hay tres estrellas que caminan juntas y en línea recta. A éstas les han puesto los nombres de Kuntur (cóndor), Suyuntuy (gallinazo) y Huamán (halcón). La tradición cuenta que cuando aparecen estas estrellas más brillantes que antes, ese año será bueno para el cultivo. Si en cambio aparecen poco brillantes, ése será un mal año, con mucho sufrimiento.

La Coya, Esposa del Inca

La esposa principal del Inca recibía el nombre de Coya, o sea gran señora. Desde los tiempos de Manco Cápac hasta Pachacútec se procuró que fuera la hija de un gran señor o curaca vecino del Cusco.

Pero desde Túpac Inca Yupanqui se optó porque fuera la misma hermana del Inca, figura que recibe la designación de incesto real, cosa que también practicaron Huayna Cápac y Huáscar.

Lo hicieron con el objetivo de que la gran dignidad y pureza dela sangre real de los Incas no perdiera la altísima alcurnia divina, pues se sentían hijos de dioses.

La coya constantemente acompañaba al Inca, por cualquier parte por el que éste iba, ya fuera en época de paz o en tiempos de guerra. Por eso muchas coyas dieron a luz en los pueblos y caminos de tránsito y no en el Cusco.

Ellas residían en amplios aposentos, rodeadas de criadas, flores y aves de colores que las divertían con sus trinos y revoloteos. En sus patios también gustaban de tener fuentes de agua cristalina. Y aparte de ello, muchos bufones alegraban su existencia.

Su ropaje asimismo era de lana de vicuña con innumerables tocapus; pero la pieza más llamativa era su lliclla o pequeña manta sobre sus hombros y espalda, sujetada con enormes y hermosos topos o prendedores de oro y plata, que les servía de adornos; en sus cabezas llevaban huinchas como tocado, con lo que aseguraban sus largas cabelleras.

Vestuario de la Coya :

1) prendedor (tupayari).
2) cubre cabeza (sukkupa o ñañaca).
3) mantilla (lliclla).
4) alfiler (tupu).
5) franja (tocapo).
6) flores (ttica).
7) bolsa ( chchuspa).
8) tunica ( acsu).
9) sandalia ( usuta). 


Fuentes :   Peruchay - PeruEstilo