El complejo arqueológico de Piquillacta o Piki Llapta es un yacimiento arqueológico conformado por los restos de una ciudad del Antiguo Perú, de la época preincaica. Está ubicado en el distrito de Lucre, provincia de Quispicanchi, departamento del Cuzco, a unos 30 km al sureste de la ciudad del Cuzco y a 3.250 msnm, en la cuenca del río Lucre y en un ambiente mesotérmico del curso del río Vilcanota. Abarca un área aproximada de unas 50 hectáreas.
Fue uno de los más importantes centros administrativos-cultistas de la cultura Huari
(o Wari), entre los siglos VI al IX de nuestra era, y representa el
urbanismo planificado huari por excelencia. Algunos especialistas
sostienen que se mantuvo vigente hasta la época de los incas, aunque no
se han hallado restos que corroboren dicha presencia.
Etimologia del Nombre
Piquillacta es una palabra quechua compuesta: piqui, nigua (especie de pulga), y llacta, pueblo. Es decir «pueblo de las pulgas», pero como también en el habla quechua piqui alude metafóricamente a algo diminuto, podría significar «pueblo pulga» o «pueblo pequeño».
Estudios Arqueologicos
El primero en realizar un plano detallado de Piquillacta fue Luis A. Pardo en 1937. En 1959
Emilio Harth-Terré realizó un reconocimiento de superficie del
yacimiento, al que consideró de origen incaico; su función habría sido
el de un inmenso granero como parte del engranaje administrativo del
imperio incaico. John Rowe fue el primero en señalar la filiación Huari del recinto, sobre la base de su arquitectura semejante con la ciudad de Huari de Ayacucho. Estudios posteriores, como los de William Sanders (década de 1960) y Gordon F. McEwan (década de 1980), no dejan ya duda de ello, con evidencias de una densa ocupación humana en el recinto durante el período del Horizonte Medio. El hallazgo de figurillas de turquesa
de 25 a 45 mm de inconfundible estilo Tiahuanaco-Huari, así como de
cerámica de la misma cultura, corroboran aún más el origen huari de
Piquillacta.
Cronologia
Fue construido en las décadas finales del siglo VI y dejó de funcionar alrededor del siglo IX, es decir, durante el inicio del colapso del imperio Huari. Su ocupación fue intensa e ininterrumpida por unos 150 años.
Restos Arquitectonicos
Vista de un sector de Piquillacta |
En su mayoría, las paredes de las viviendas están cubiertas de yeso
y hasta algunas pintadas con motivos antropomorfos bien delineados;
también hay evidencias de que muchas edificaciones fueron de dos y hasta
tres pisos. Todo lo cual da la impresión de que sus habitantes estaban
muy bien desarrollados en muchos aspectos. Se calcula que albergó a una
población de diez mil personas.
Destaca un sector amurallado en el lado noroeste, con 508 recintos circulares casi idénticos, cada uno de unos 4 m² y con un solo acceso, que se suponen fueron graneros o colcas, aunque otra hipótesis (por MacEwan) sugiere que fueron viviendas para guarniciones militares o trabajadores temporales.
Centro Administrativo Huari
Parece que la mayor importancia de Piquillacta alcanzó entre los años
700 y 800 d.C. época en la que tuvo una intensa actividad, albergando a
muchos artesanos y trabajadores que mantenían viva la urbe. Este
conjunto era abastecido por un sistema de canales de agua subterránea.
Al igual que el resto de los centros administrativos de los huari
esparcidos en puntos clave de su imperio, la función de Piquillacta
debió ser doble, es decir, como centro ceremonial y a la vez
residencial, donde vivían gobernantes y sacerdotes, y trabajadores de
diversas especialidades al servicio de aquellos.
Piquillacta fue probablemente la frontera sur de la ocupación huari
en los Andes Centrales del Perú, junto con Choquepuquio, que se halla en
la misma área del Cuzco. En dirección sudeste y a menos de 2 km del
centro de Piquillacta se encuentra la portada-acueducto de Rumicolca,
que también parece ser de origen huari, pero que posteriormente, en la
época incaica, fue enchapada con piedras labradas y pulidas.
Piquillacta se elevó en un lugar muy estratégico que controlaba tres
valles: al sur el valle medio alto del Vilcanota, por el noreste el
valle medio bajo del Vilcanota y por el noroeste el valle de
Quispicanchis, territorios productores de maíz estos dos últimos.
En Piquillacta habrían sido almacenados productos agrícolas para su
redistribución, de acuerdo a un modelo posiblemente similar al que
después se implementó en el imperio incaico. En efecto, no es errado
decir que los incas adoptaran modelos y estructuras de los huari, si se
tiene en cuenta que la civilización andina fue en el fondo una sola
unidad, con cambios de menor cuantía a través de sus tres milenios
continuos de desarrollo.
Fin
No hay relatos o alguna pista que indique cuándo, cómo y por qué quedó
abandonada Piquillacta, pues dentro de su estructura como ciudad no hay
huellas que indiquen influencia incaica en la misma, y si lo hubo, esta puede haber sido durante el periodo de inicios del imperio.
Fuente : Wikipedia
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