samedi 7 juillet 2012

Waman Raymi

Desde el año de 1997, Huamachuco pone de manifiesto a todo su pueblo, visitantes y turistas la espectacular escenificación del "WAMAN RAYMI" o Fiesta del Halcón, a un costado de las Ruinas de Wiracochapampa o "Pampa de los Dioses"; convocando a más de diez mil personas que podrán conocer la historia de los Wamachukos, una de las más grandes culturas preincas que gobernó esta parte de los andes de América del Sur.

Se realiza en cuatro actos con la participación de 160 actores:

El Primer Acto es el más impactante. Los estruendos, inmensas lenguas de fuego y el humo de las bombardas, cohetes y fuegos artificiales, rememoran la creación del mundo por el dios Ataguju, principal deidad de la mitología huamachuquina. ahí moran los primeros pobladores, quienes son invadidos por la salvaje tribu de los wachemines que provoca el caos y el desorden.

Frente a este desconcierto, Ataguju busca liberar a su pueblo (Segundo Acto). Se enamora de la bella Kautaguán, con quien engendra dos huevos, de uno de ellos nace Piquerao, quien debido a su débil fortaleza muere tras su alumbramiento. Del otro huevo nace Catequil, con una fortaleza mejor dotada, quien provisto de dos poderosas hondas que le entrega su madre, derrota y hace huir a los wachemines. Luego implora a Ataguju para que le envié nuevos hombres a habitar y labrar estas tierras.

Concluido este acontecimiento, surge el Señorío de los Wamachukos (tercer acto) conformado por cuatro huarangas: Llampa, Huacapongo, Andamarca y Lluchu; quienes desarrollan actividades en cerámica, tejido, agricultura, ganadería, la chicha de jora, entre otras. Debido a su orden y poder logran su expansión ideológica y comercial, gracias a la sabiduría de su gobernante el curaca Tauricuxi; teniendo en el Cerro Amaru a su protector, donde rinde culto al agua y la fertilidad. También llegan a dejar sus ofrendas los pueblos de Cajamarca, Recuay (Ancash), Ecuador y los Wari.

La tranquilidad de este pueblo se ve afectada por las premoniciones de Xulcamango, el hechicero de los Wamachukos, quien a través de las hojas de coca advierte del peligro que se avecina desde el sur, un poderoso ejército del Cusco procedente sometía a los pueblos vecinos.

En el cuarto acta se gráfica el sometimiento de los Wuamachukos por la vía pacífica al imperio de los Incas. El curaca Tauricuxi acepta como dioses al Sol y la Luna y recibe ofrendas del enviado del Cusco Túpac Inca Yupanqui. Frente a esta sabia decisión el curaca recibe la denominación de "Gran Wamachuko", quien gobernará a su pueblo bajo los preceptos del imperio incaico.

El Gran Wamachuko despide con honores a la expedición, que continúa su expansión territorial hacia el norte.

Posteriormente, el curaca procede a coronar a la "Aclla" o Princesa que representa a la mujer huamachuqina, es el momento en que se juntan, la leyenda el mito y la historia.
El curaca se aleja y cede el cetro a la Aclla, quien invita al pueblo a disfrutar de los actos celebratorios con ocasión de la Festividad en Honor a la Santísima Virgen María de la Alta Gracia.



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