dimanche 9 septembre 2012

El Cuerpo Humano en Quechua : Runaq Ukhun


Ñawi : Ojo
Simi : Boca
Qallu : Lengua 
Chaki : Pie
Uma : Cabeza
Uya : Cara
Tunqur : Garganta
Maki : Mano 
Sinqa : Nariz 
Kunka : Cuello 
Qasku : Pecho 
Muqu : Rodilla 
Chujcha : Cabello 
Kuchus : Codo
Puputi : Ombligo
Rawk'ana : Dedo
Wasa : Espalda
Sillu : Uña
Siki : Trasero, culo 
Ñuñu : Seno
Ullu, pisqu : Pene
Rak'a, chupi : Vagina, vulva
Qhasqu : Pecho
Wiksa :Barriga, abdomen
Chaka : Pierna
Ch'upa : Pantorrilla
Rikra : Hombro 
Mat'i : Frente
K'aki : Quijada
Quruta : Testiculos
Rinri : Oreja
Wirpa : Labio 
Urku : Frente
Kiru : Diente
Wiqaw : Cintura


Hechizos y Leyendas de Cachiche

La Estatua de Cachiche
Como observaremos muchas de estas historias enigmáticas y misteriosas se han trasmitido de generación tras generación; motivo por el cual abundan diversidad de historias y leyendas acerca de:

“ Las Brujas de Cachiche ”.

Del cual, lo cierto es que durante aquella época de la Santa Inquisicion, las personas que practicaban la brujería se vieron perseguidas. Quienes vieron como alternativa venir al nuevo mundo, pensando que así no serían perseguidas; pero, América como colonia de España tenía que cumplir las mismas leyes; motivo por el cual tuvieron que refugiarse, dispersándose en diferentes lugares del Perú.

Entre ellas Cachiche, el lugar ideal para realizar sus reuniones prohibidas, siendo en aquel entonces un enorme bosque de huarangos (algarrobos).

Con el tiempo el bosque fue talado de manera apresurada, considerando que el combustible de importancia durante ese tiempo era la leña y el carbón, para barcos y trenes a vapor. Al no haber más bosque, los terrenos libres fueron convertidos en terrenos de cultivos, habitados por agricultores quienes se organizaron y formaron el actual caserío de Cachiche.

Se dice que este parque fue fundado en 1887 por Fernando Leon de Vivero en agradecimiento a una de las brujas de Cachiche, por haber pronosticado su futuro profesional y político

La Estatua de Cachiche

Un monumento realizado en honor a la belleza de las brujas de Cachiche, quienes ante tal hermosura cautivaron a miles de hombres con una simple mirada teniéndolos rendido a sus pies.

Los Brazos Extendidos y Cuerpo Inclinado :

En forma de “V” de victoria, ya que da la impresión de que es capaz de vencer la gravedad.

El Buho :

El cual se encuentra a su lado derecho. Representa a: “La Sabiduria e Inteligencia”, por ser el ave que todo lo ve y todo lo sabe, por sus enormes ojos.
 
El Craneo :

Símbolo representativo del esoterismo.

Dicho monumento fue hecho en base a la figura de una modelo cuyo rostro representa a una típica mujer europea, lo cual representaba lo que era antiguamente “Las Brujas de Cachiche”.

Fueron los hermanos Juana y Félix Peña quienes dieron su arte para el diseño de tan hermoso monumento. En cuya piedra se encuentra tallada la siguiente frase:

“Ica a la bruja de Cachiche, que siempre embrujo por su belleza y tanto significo en el proceso de nuestra cultura”.

Doña Julia Hernandez Pecho Viuda De Diaz

Una de las brujas más famosas de Cachiche, de quien misteriosamente no se sabe ni el año, ni la estación en que por primera vez llego al caserío de Cachiche. Sin embargo, se dice que apenas se hizo visible ante algunos, el pueblo se lleno de viento y de polvo, los cuales salían de la planta de sus pies.

Las crónicas más difundidas la cuentan escapando de la inquisición española, describiéndola con tez morena y cuya hermosura era equivalente a sus poderes, los cuales consistían en extirpar los males del cuerpo y atraer al ser amado en menos de un día.

Existe una leyenda con la cual se la relaciona:

“Existió una vez un noble joven cuzqueño llamado Cachi, quien se enamoró locamente de Chiji, hija de una afamada hechicera del lugar, quien al enterarse del tórrido romance de su engreída, trato por todos los medios impedir el inesperado amorío.

Un atardecer, la sobre protectora bruja logra encontrar a los jóvenes románticos bajo la penumbra de un viejo huarango, logrando convertir inmediatamente al apuesto mozo en sumiso gallinazo, condenándolo de por vida hasta que desista de sus insólitas pretensiones amorosas, de lo contrario, quedaría transformado en un montículo de arena.

Los días eran interminables y calurosos hasta que el desdichado buitre al sobrevolar la enigmática laguna de Orovilca se detiene bruscamente al sentir grandes desfallecimiento y se precipita estrepitoso a tierra, transformándose en un inmenso médano, y la infeliz mozuela que iba a su alcance corre similar suerte quedando sumergida para siempre en las cristalinas aguas de la enigmática cocha, cumpliéndose con la sentencia anticipada de la maléfica bruja”.

Doña Julia y la Palmera de Siete Cabezas

Sin embargo, doña Julia fallece a los 106 años, luego de una disputa con un Pulpo Gigante de siete tentáculos, por los dominios de estas tierras, se dice que después de tantos días de luchar, doña Julia le corta uno de los tentáculos.

Pero, el gran pulpo en venganza le arranca una pierna a la bruja, y ella en agonía, cobra fuerzas del más aya y convierte al octópodo colosal en una palmera, siendo cada tentáculo una de estas; lanzando a la vez una maldición:

“el día que reverdezca el séptimo tentáculo nuevamente, Ica se inundará”

Tal es así que hasta nuestros días cada 6 ó 7 años, la gente de Cachiche se reúne para hacer el corte del brote y así evitar las inundaciones en ICA, las que misteriosamente coincidieron con haber dejado brotar la séptima cabeza de la extraña palmera datilera.

La Palmera de Siete Cabezas

En tiempos coloniales cuando el conde español Los Robles Llaneros, visitó el pintoresco y apacible paraje conocido como Cachiche, atraído por las sorprendentes noticias que provenía de ese lugar, plagado de falanges, lagunas y bosques de algarrobo, donde la mayoría de sus habitantes se dedicaban desde épocas remotas a la brujería y al curanderismo, tratando de convencer cada día a mas incautos que acudían esperanzados a conseguir bienestar o para procurar dañar a los que no comulgaban con sus ideas.

Estos enigmáticos agoreros de atrino rostro, pronto lograron persuadir al hidalgo hispano, quien le construyó un nuevo hospicio, para que lograran celebrar sus ceremonias religiosas y festines que al final siempre terminaban en orgías, llegando muchas veces al sacrificio humano para satisfacer según ellos a sus dioses.

Esta artificiosa convivencia entre la extravagante joven y el séquito de adivinos fue efímera, Ya que en él, vieron un eminente peligro para sus intereses, por miedo de que en cualquier momento  sus ideas cristianas pudieran aflorar a imponerlas a sus fanáticos crédulos.

Motivo por el cual realizaron un Pacto con el malévolo Satanás , acordando convertir al fiel seguidor en Palmera de Siete Cabezas; inmediatamente bastó tocar; por repetidas veces su inseparable vara mágica, cayendo en el acto el pesado cuerpo del infortunado aristócrata al suelo, para después levantarse  todo enhiesto transformado en Palmera de Siete Testas y que al haber transcurrido más de una centuria de existencia en completa orfandad, ahora lo podemos observar moribundo, extendido en el ardiente arenal, con la mirada puesta al cielo como si estuviera implorando clemencia al hacedor por el gran error cometido.

Los Huarangos Esconden Tesoros

Una de las tantas razones, por las que se cortaron muchos Huarangos, era por la simple creencia de que las brujas pagaban con  oro para que no cortaran el huarango, o que ellas pagaban con bolsas llenas de monedas de oro a aquella persona que las liberaran cada vez que ellas se quedaban enredadas con sus hermosas y largas cabelleras en las ramas de los Huarangos.

Por eso, con el transcurrir de los años, la historia atrajo a muchos leñadores de sitios aledaños, quienes esperanzados en encontrar oro dentro de los Huarangos devastaron bosques enteros.

Definitivamente no hay una relación mágica directa entre brujas y huarangos, que no escape a los mitos, pero lo que si es cierto es que el Huarango aparenta ser una planta sobrenatural que vive en el desierto, un madero seco, fuerte, capaz de sobrevivir bajo el sol calcinante en donde aparentemente la vida es sostenida por un vuelo de magia.

Huarango Macho

Se dice que entre la estatua de la bruja y el letrero que da la bienvenida a todo aquel transeúnte extranjero, hay un Huarango que concede 3 deseos:

· 1 por amor
· 1 por dinero y
· 1 por salud

Pero antes hay que abrazarlo, pronunciando las siguientes frases:
“Ojos no me veas, Brazos no me toques, Pies no me alcances”
Fuente

samedi 8 septembre 2012

Cachiche

Pueblo de Cachiche
Entre palmeras y huarangales, se encuentra actualmente ubicada a 4 Km. al sur de Ica. Un pueblo que desde épocas pasadas fue sinónimo de hechicería por haber albergado a incontables mujeres que poseían poderes sobre naturales, utilizados –según decían-para extirpar los males del cuerpo y preparar brebajes que garantizaban El Amor de la Pareja, entre otras santerías.

Origenes

Epoca Incaica 

De acuerdo a la tradición Oral que los amautas se encargaron de transmitir, de generación tras generación:

Cuentan que los naturales de la zona de Cachiche eran ya muy conocidos y temidos por sus poderes mágicos: que ni el inca Pachacutec con toda su grandeza y ferocidad pudo someter a los Cachichanos, pese a que ellos no usaban ningún tipo de armamento, pues, cada vez que el inca amenazaba con su poderoso ejército sobre las llanuras que rodeaban la aldea, la misma se esfumaba ante la atónita mirada de los invasores. Siete veces intentaron tomar el poblado y pedir a sus habitantes que jurasen fidelidad al soberano y, tantas fueron las veces que se vieron burlados por arte de magia.

Hasta que, finalmente el Inca Pachacutec desistió de sus propósitos y por consejo de sus amautas, quienes le dijeron que la zona era Aillpa Cachani (tierra salada) abandonó para siempre sus deseos de conquistar Cachiche.

Nunca antes los cachichanos habían tenido necesidad de recurrir a sus poderes sobrenaturales para defenderse, ya que no tenían apego a los bienes materiales y, la guerra era la negación misma de su razón de ser.

Frente a estas amenazas del mundo que les circundaba, su ánimo decayó, al extremo que, poco a poco se fueron desintegrando. Algunos dicen que primero empezaron ha desaparecer sus brazos, luego sus piernas y después sus ojos, hasta que finalmente se extinguían. Era por ello que no se ha encontrado cementerio alguno con los restos de los primeros pobladores de Cachiche, ya que no eran seres terrestres no tampoco inmortales.

Antes de extinguirse el poblado de Cachiche, se dice que Nihcnauj, el último de los cachichanos del Periodo Primitivo; predijo que los futuros pobladores de la zona heredarían algunos de sus poderes como consecuencia de que el ambiente retendría un ápice de los mismos, quienes no sabrían explicarse de donde provenían dichas facultades.

La Llegada de los Españoles 


         Corría el año de 1563, cuando Don Jerónimo Luis de Cabrera en compañía de sus tropas    pasaron por el Valle de Ica decidiendo establecer allí un poblado y desarrollar plantaciones de Uva y Algodón, dadas las bondades del clima seco y la calidad de la tierra. Poco a poco se fue colonizando la zona, particularmente en dirección Sur, hasta llegar a lo que antiguamente los Incas denominaban Cachiche.

Según las narraciones de los primeros pobladores hispanos, cuentan que una tarde, mientras buscaban estacas, se tropezaron con un anciano de apariencia similar a la de ellos, quien les dijo donde podrían encontrarlas. Les señaló en dirección hacia el antiguo poblado y les manifestó:


“En Cachiche las hallaréis”


         No dejó de llamarles la atención dicha persona, ya que no la recordaban como parte del equipo colonizador. Sin embargo siguieron la dirección señalada, encontrando infinidad de estacas y un riachuelo de aguas cristalinas, que cuando se introducían en ellas podían verse la infraestructura de sus cuerpos y las de sus animales. En un principio esto les causó espanto y lo tomaron como “Cosa del Diablo” pero, con el transcurso del tiempo, se acostumbraron a ello y dejaron de darle importancia.

     Desde entonces se conoce la palabra Cachiche en el idioma castellano. En su obra “LA VERDERA HISTORIA DE LA COLONIZACION DE CACHICHE ”, (Sevilla 1702), el cronista PEYO BOLADURAY MUCHOHUESO, narra que para 1575 habitaban la región 723 colonos y, desde entonces y hasta 1681, no se asomó nadie que deseara establecerse en dicha zona.


          El poblado se convirtió en un Ente autónomo gracias al olvido al que los tenían relegados las autoridades virreinales de Lima y a extraños poderes de los que, comenzaron a dar muestra algunos de los Nuevos Cachichanos.

La Epoca del Virreinato 

Tan pronto comenzó su gobierno el virrey Don Francisco de Toledo marchó en dirección a las serranías del Perú. Para suerte de los pobladores se olvidó de visitarlos de tal manera que ellos pudieron seguir desarrollando sus industrias y prosperar.

Pero, una tarde de 1584, revisando Los Registros de Asentamientos en las Oficinas Virreinales, un burócrata encontró el enclave de Cachiche en dirección de la CostaSur de Lima. Esta información atrajo la atención de sus excelencia quien, después de consultar con el tesorero real, el Estado de las Finanzas Coloniales y descubrir que nunca habían recibido de dichos habitantes ni el quinto real, ni el sagrado diezmo, decidió visitar a estos Evasores Contributivos, que además eran irreverentes…


Pronto el estado y la iglesia acordaron salir en acción al Valle de Ica, a fin de cumplir con su función administradora y su misión evangelizadora. Es así que partió una comitiva encabezada por el mismísimo Conde de Villar Don Prado ; quienes llegaron después de casi diez días de viaje por desiertos y escasos valles, con las bestias muertas de sed y ellos prácticamente agotados como consecuencia de las inclemencias del clima seco y el abrasador sol.


Permanecieron en el poblado de Cachiche por espacio de 13 días. Durante este tiempo se dedicaron a censar a la población, cobrar los tributos no devengados, nombrar autoridades edilicias, bendecir la parroquia y su capilla, inspeccionar las plantaciones de algodón y quedar deslumbrados ante los viñedos florecidos que hacían posible la elaboración de vinos y aguardiente de Uva, una delicia que los chipoteaba después de unas cuantos tragos.


Por fin decidieron regresar a Lima, cosa que hicieron, llevando consigo las peluconas de ley y sendas botijas de aguardiente. Lo cierto fue que los colonos quedaron esquilmados y se prometieron así mismos enviar puntualmente las susodichas contribuciones, a fin de evitar que los de Lima repitiesen la visita. De aquí en adelante Cachiche  tuvo apellido:


“CACHICHE DE TODOS LOS SANTOS”

Ocurrencia de su ilustrísima, ya que así quedaba el lugar bajo la protección de la mismísima Corte Celestial.

        

Lo que todos ellos ocultaron a los visitantes fue lo relacionado con los poderes que iban adquiriendo y las propiedades mágicas del riachuelo; se aterraban de sólo imaginarse que podían ser llevados ante la SANTA ADQUISION, acusados de ser brujería o pacto con el diablo y, ante la posibilidad de ser sometidos a los rigores del interrogatorio o terminar en la hoguera.

Desaparicion de los Pobladores

Sorprendentemente durante casi dos siglos por razones que en Lima nadie podía explicar, el gobierno dejó de visitar  “CACHICHE DE TODOS LOS SANTOS”, pero no dejó de percibir ni el quinto, ni el diezmo; los cuales llegaban con puntualidad inglesa.


Por medios que no se ha podido revelar, el gobierno de Lima se enteró de los poderes sobrenaturales de los pobladores de Cachiche y dio conocimiento de ello a la iglesia, la cual reaccionó precipitadamente lenta y, después de una conspiración, acordó con el gobierno dispersar a los cachichanos por los confines del planeta, antes de que tuviesen el mal pensamiento de sacudirse del yugo colonial.


Una madrugada, mas de 350 tropas reales al mando de un sargento mayor, rodearon la villa y sacaron de sus lechos a los apacibles villanos, sin hacer caso del llanto de los niños, ni de las lágrimas y alaridos de las mujeres, ni de las blasfemias y procacidades de los varones. Todos fueron subidos en carretones y con fuertes escoltas de caballería fueron llevados hacia el norte, en dirección al puerto de Pisco.

Todo esto aconteció a mediados del siglo XVIII; Los 1203 deportados se alejaron de las costas del Perú, la tarde de Julio de 1759. La partida fue sombría y acompañada de malestares de la propia naturaleza, tanto que el comandante del navío: “Nuestra Señora de las Sorpresas” consulto con el vicealmirante Chiquitín Gonzáles de Alcántara, comandante del Galeón Imperial; la convivencia de posponer el momento de zarpar, ocasionó que Gonzáles estuviese decidido a dar por terminado este negocio a cualquier precio.

Fue esta una de las muy pocas y raras veces en que la corona española deshabitó un pueblo. Sin saberse nunca donde fueron desembarcados los pobladores de Cachiche.


Los Ajies Peruanos


Conocido en casi todo el mundo como chile —palabra de origen náhuatl—, el ají es un viejo conocido de los peruanos. Quizá alguno piense que la palabra quechua es ají, pero no, nuestro ají se llamaba «uchu» en quechua..

El ají –género Capsicum– es el alma de la cocina peruana. Sus distintas variedades –variadas en forma, color, tamaño y picante– crecen el casi todo el territorio peruano y son la base para innumerables preparaciones.
Su origen genético se ubica en la selva y sierra de los Andes centrales del continente americano, en territorio que actualmente pertenece a Bolivia. Fueron las aves migratorias las que propagaron sus semillas por toda la región, hasta México. Su cultivo doméstico se remonta unos 10 mil años atrás.
Historia
Existen vestigios que muestran la antigüedad de los AJÍES en el Perú: El investigador Junius Bird halló restos de ají en Huaca Prieta, yacimiento arqueológico que data del año 2500 a.C. y se ubica en el departamento de La Libertad.

Asimismo, se han identificado algunas representaciones de frutos de AJÍ en el Obelisco Tello, perteneciente a la Cultura Chavín, con unos 3000 años de antigüedad.

El descubrimiento de América propició la salida del AJÍ a Europa y Asia. Llegó a España en 1493, a Italia en 1535 y a Alemania en 1542, año en que a la India llegaron 3 variedades. Luego se extendió a Hungría, Grecia, Turquía, los Balcanes y Portugal, desde donde fue introducido por vía marítima al África, Asia Menor, China y Japón.
Usos en la Alimentacion
En el Antiguo Perú el AJÍ era el ingrediente ideal para la elaboración de numerosos potajes como el ajiaco de quinua y kiwicha, picante de cuy, ajiaco de papa y el hasta hoy consumido anticucho, que proviene de dos vocablos quechuas "Antic" + "Uchu" = "Ají del Ande".

Hoy en día los AJÍES son las especias más usadas en la culinaria mundial como ingrediente para sazonar comidas. Se le usa en forma fresca y procesada bajo diversas modalidades: deshidratado o seco, ahumado, entero, picado, congelado, enlatado, en encurtidos, en salsas, etc.
Usos Curativos
También tiene cualidades curativas: elimina vinagreras, calma el catarro, la tos y los dolores intestinales; combate dolores reumáticos y musculares, seca y cicatriza heridas; sirve para tratar picaduras de insectos, efectos de la sarna y eliminar piojos.
Otros Usos
Narra la historia que el AJÍ no sólo se usó para la alimentación, sino también para propósitos menos placenteros: se dice que Huáscar, antes de ser Inca, torturó a Colla Túpac, representante de su padre el Inca Huayna Cápac, haciéndole oler y ver el humo cáustico que se desprendía del ají seco expuesto al fuego.

Asimismo, se sabe que en tiempos de los Incas en el Antiguo Perú y de los Aztecas en México, los AJÍES eran ofrecidos como tributo a sus respectivas deidades.
Variedades
En el Perú crecen decenas de variedades –entre silvestres y domésticas–; las más difundidas son las siguientes:
- Ají amarillo- Ají mirasol 
- Ají  limo- Ají panca- Ají charapita
- Rocoto
y aqui estan otras variedades : 
- Ají cerezo
- Ají mochero
- Ají pacae
- Ají cacho de cabra
- Ají pipí de mono
- Ají arnaucho
- Ají ayucllo
- Ají dulce
...

vendredi 7 septembre 2012

La Cocina Peruana en Tiempos Precolombinos




Los tiempos precolombinos (hasta 1532)

Los Andes centrales peruanos fueron el más grande centro de domesticación de plantas
del mundo antiguo, con especies nativas como el maíz, tubérculos con cuatro mil
variedades de papa, muchas de camote, yuca o mandioca, oca, maca; gramíneas
(quinua, kiwicha o amaranto, cañihua; frutas como la chirimoya, lúcuma, pacae, tomate,
calabaza, palta, tumbo, sauco, leguminosas tales como frijoles, pallares, maní y una
infinidad de hierbas aromáticas.

Antes del arribo europeo, la geografía peruana albergaba una gran variedad de culturas, conquistadas todas por el Imperio inca, cada una de las cuales tenía características gastronómicas particulares, aunque había
algunas generalidades, de acuerdo con los cronistas de la conquista. Por ejemplo, los principales
condimentos eran hierbas aromáticas, cocha yuyo (un tipo de alga fluvial), sal y, sobre
todo, el ají, llamado uchu en tiempos incas y considerado hoy un elemento fundamental
de la cocina peruana. El Inca Garcilaso de la Vega en los Comentarios Reales de los
Incas escribió al respecto: "Los de mi tierra son tan amigos del uchu, que no comerán
sin él aunque no sea sino unas hierbas crudas". 

Era común la preparación de alimentos en forma deshidatrada, para evitar su descomposición, destacando el «charqui», carne salada, y el «caui», 
que es la oca secada al sol. Los antiguos peruanos además
consumían inmensas cantidades de pescados y mariscos (el registro arqueológico de ello
es abrumador) y complementaban su dieta con carne de pato, cuy (cavia porcelus) y
camélidos domésticos (alpaca y llama principalmente). En las sociedades de la costa
norte, además, se consumía la carne de ciertos lagartos y de venado. En las de la selva
oriental se nutrían de la multitud de especies que proporcionaba la flora y fauna
amazónica.

Desde épocas milenarias, los antiguos peruanos preparaban chupes (sopas), guisaban (la carapulcra, por ejemplo, es considerado el tipo de guiso peruano más antiguo), elaboraban potajes con especies marinas crudas marinadas con ají, tumbo y hierbas, de donde se origina el ceviche que en la época precolombina tenía otro nombre, en quechua. Tenían formas de procesar alimentos: Salaban pescado, tostaban el maíz (obteniendo la cancha serrana, que es hasta hoy el "piqueo" peruano más simple y
popular) o pelaban sus granos y los secaban (obteniendo mote). Asimismo preparaban
charqui -o carne de camélido disecada, salada y deshilachada- y diferentes tipos de
chuño -tubérculos resecados y congelados a la intemperie). Cocinaban en ollas de barro
y, en ocasiones, organizaban grandes banquetes de carne y vegetales a partir de hornos
de tierra natural (pachamancas y huatias). Asimismo se bebían diferentes formas de
cerveza de maíz (chicha) y de yuca (masato).

La historia precolombina identifica al Perú como un país gastronómico. Así en la
leyenda sobre "Llampayeq" (Lambayeque) recopilada por Fray Miguel Cabello Valboa
en 1532, menciona al cocinero del rey Naylamp llamado OcchoColo en el Reino Sicán
del siglo IX. Luego en la leyenda de los hermanos Ayar menciona que salieron del cerro
Tamputoco (Tampu, Tambu, lugar donde se guardan alimentos) y sus nombres fueron
Ayar Cachi (Quinua con sal), Ayar Uchu (Quinua con ají), Ayar Auca (Quinua con
frejol), Ayar Manco (El que cuida la quinua).

La Cultura Paracas


Trepanacion Craneana, Museo Regional de Ica
La cultura Paracas fue una importante civilización precolombina del Antiguo Perú, del periodo denominado Primer Horizonte, que se desarrolló en la península de Paracas, Provincia de Pisco, Región Ica, entre 700 años a. C. hasta 200 años d. C.. Es contemporánea en parte con la cultura Chavín que se desarrolló en el norte del Perú. La mayoría de información sobre los Paracas proviene de las excavaciones arqueológicas emprendidas en Paracas-Cavernas y en Paracas-Necrópolis por el arqueólogo peruano Julio C. Tello y su discípulo Toribio Mejía Xesspe en los años 1920.

Los paracas practicaban una textilería de alta calidad, en lana y algodón, además de una cerámica decorada. También practicaban las deformaciones craneanas con un propósito estético y ritual, y eran buenos cirujanos que realizaban trepanaciones craneanas.

La civilización Paracas es la antecesora de la Cultura Nazca con la que tiene una evidente afinidad cultural; de hecho, para muchos especialistas, la fase final de Paracas, llamada por Tello «Paracas-Necrópolis», es en realidad la fase inicial de la cultura nazquense.

Fardo Funerario Paracas
Descubrimiento 

La cultura Paracas fue descubierta por el arqueólogo peruano Julio C. Tello en julio de 1925, en compañía de su amigo y colega Samuel K. Lothrop, y en agosto del mismo año instaló un campamento arqueológico con su discípulo Toribio Mejía Xesspe en la península de Paracas.

Tello halló el cementerio de esta civilización en Cerro Colorado, al sur de Pisco. En ese cementerio excavó en total 39 tumbas en forma de pozo, que él denominó “cavernas”, las cuales contenían fardos funerarios envueltos en finos mantos y rodeados de ceramios, instrumentos de caza, pieles de animales y alimentos. Datan de los años 500 a. C..

En 1927, Tello, junto con Mejía Xesspe, descubrió otro tipo de cementerio de los paracas, que denominó Paracas-Necrópolis, donde halló espléndidos tejidos textiles o Mantos Paracas, conservados hoy en el MNAAHP. En total se hallaron 429 cadáveres momificados.

Además de esos dos cementerios, ya tradicionales de la cultura Paracas, Tello identificó en la península de Paracas un tercer cementerio, al que denominó Arena Blanca o Cabeza Larga, este último nombre debido a la presencia de cráneos deformados, de forma alargada. Allí, además de tumbas saqueadas, halló restos de viviendas subterráneas.

Tello sostuvo también que la cosmovisión de la cultura Paracas sobre la naturaleza se basó en creencias mitológicas, que eran normas de ordenamiento social. En los llamados Mantos Calendarios se puede ver cómo estaban definidos los ciclos biológicos de la flora y fauna, así como los oficios y costumbres de esta sociedad.

Division 

Tello estudió la forma de enterrar a sus muertos que tenían los Paracas y descubrió que esta cultura pasó por dos épocas bien definidas. Llamó a la primera «Paracas Cavernas»; porque enterraban a sus muertos dentro de tumbas excavadas de manera vertical en el suelo, que se ensancha antes de alcanzar piso, lo que le da una forma de copa invertida. Llamó a la segunda «Paracas Necrópolis»; porque enterraban a los muertos en cementerios rectangulares más sofisticados, que simulan ser “ciudades de muertos” o necrópolis.

Paracas Cavernas (700 a. C. - 200 a. C.)

 Es el periodo más antiguo y esta vinculado a la influencia Chavin, especialmente en la cerámica. Su principal centro pudo estar ubicado en la peña de Tahajuana, a orillas del río Ica. Según los hallazgos realizados en Cerro Colorado por el arqueólogo Julio C. Tello, las tumbas Paracas de este periodo fueron cavadas subterráneamente con una forma de copa de champán invertida o botella de cuello alto en una profundidad de más de 6 metros en donde colocaban a sus momias enfardeladas. Estas se encuentran en perfecto estado de conservación, gracias a las condiciones climáticas del desierto. Algunos de los cadáveres muestran prácticas de trepanaciones y deformaciones craneanas.

Los restos arqueológicos encontrados en Cerro Colorado incluyen momias masculinas y femeninas de diferentes edades. Los cuerpos están colocados en posición fetal y envueltos con textiles ordinarios y complejos, de colores brillantes y decorados con figuras de animales, peces, serpientes y formas geométricas.
Momia Paracas

Paracas Necrópolis (200 a. C. - 200 d. C.)

En este periodo el principal asentamiento de desarrollo estuvo entre el río Pisco, la quebrada de Topara (centro principal) y la península de Paracas. Guarda estrecha relación con la cultura Nazca, a tal punto que actualmente la tendencia es considerarla como la fase temprana de dicha cultura.

El periodo de Paracas Necrópolis recibió su nombre por el hecho de que sus cementerios son de forma rectangular y dividido en compartimientos, que le dan un aspecto de «ciudad de los muertos» (necrópolis). Estos se construyeron sobre los restos de antiguos asentamientos.
Las necrópolis consisten en una multitud de grandes cámaras subterráneas de entierro, con una capacidad muy amplia. Se cree que cada cámara grande sería propiedad de una específica familia o clan, que enterraba a sus antepasados a lo largo de muchas generaciones. Cada momia fue atada con cable para que permaneciera en su lugar, y envuelta luego en muchas capas de textiles finos.

Las momias adultas se encuentran en posición fetal. Eran enterrados con sus mejores prendas de vestir, adornos, objetos ceremoniales, alimentos como maíz, yuca, maní, etc. Se distingue la clase social de cada momia dependiendo de sus adornos y la calidad de los textiles.

Paracas Necrópolis es famosa más que nada por sus esplendorosos tejidos que envolvían a sus momias, los célebres Mantos Paracas.

Yacimientos Paracas 
  • Chincha: Bodegas, Lurín, Chincha.
  • Pisco: Cerro Colorado, Disco Verde, Cabeza Larga, Chongos, Tambo Colorado.
  • Ica: Teojate, Huamaní, Ocucaje, Callango, Chiquerillos, Ullujalla, Tomaluz.
  • Palpa: Mollanque, Chuquitara.
  • Nasca: Soisongo, Atarco, Trancas, Cahuachi.
Iconografia

En la iconografía de Paracas-Cavernas predomina la figura del “felino emplumado”, sin atributos humanos, dotados a veces de enormes colmillos y alas.

En la de Paracas-Necrópolis aparecen variados personajes que combinan rasgos antropomorfos y zoomorfos, evocando escenas mitológicas. Se dan también simplificaciones geométricas de estos personajes y de la simbología a los que están asociados.

Fardos Funerarios

Los entierros de los Paracas seguían sin duda un ceremonial riguroso y prolongado. El cadáver era momificado mediante una técnica muy elaborada cuyos detalles permanecen desconocidos; pero la mayor de las veces se recurría a la momificación natural, librada al medio ambiente. La momia, envuelta en su sudario y en posición fetal, era colocada en un cesto de mimbre conjuntamente con una serie de objetos, lo que nos indica el concepto que los Paracas tenían sobre la vida ultraterrena. Se han hallado prendas de vestir, hondas, tejidos, así como vasijas con granos de maní, mazorcas de maíz, etc. El conjunto era envuelto cuidadosamente por un número no siempre igual de mantos o tejidos de diferente calidad; el paquete así formado se llama fardo funerario. El manto que se halla más cerca cuerpo de la momia suele ser el más fino, bordado con figuras que representan simbólicamente el mundo de la mitología paracas. Los mantos restantes son de menor calidad. Algunos fardos funerarios están envueltos hasta por diez u once mantos, y pertenecen sin duda a los miembros de las clases dominantes.

Mantos

Los finísimos y bellos mantos descubiertos en Paracas suscitaron la admiración universal. Están hechos a base de algodón y de lana de alpaca traída desde el altiplano. A modo de complemento se usaban pelos humanos y fibras vegetales. Algunas de las telas contienen trescientos hilos por pulgada cuadrada. Sobre ellas se estamparon y bordaron con gran colorido figuras míticas y otros motivos cargados de simbolismo y con un gusto extraordinario. Sin exageración alguna, puede afirmarse que el arte textil Paracas alcanzó alturas no igualadas por ninguna otra cultura del mundo.

La variedad, vivacidad e intensidad de los colores de los mantos aún se mantienen en su vigor, pese al tiempo transcurrido; todo lo cual hace suponer que los hombres de Paracas conocieron el secreto de la perpetuidad de los tintes. Los hilos eran teñidos hasta con siete colores; adicionalmente se disponía del color blanco del algodón, así como el pardo oscuro. Los matices del rojo provienen de la cochinilla, los azules del índigo; un tono rojizo amarillento se origina de diversas especies de relbunium


Ceramica Paracas Necropolis

Cerámica

La cerámica está representada por cántaros, platos y huacos de picos verticales unidos por gollete puente. En cuanto a la decoración, se distinguen dos estilos:
  • En el período Cavernas, los dibujos muestran proximidad al arte simbólico de Chavín, en especial la representación del felino. Están pintados en negro, rojo, verde y amarillo después del cocido del ceramio.
  • En el período Necrópolis, está muy relacionada con la cultura Nazca. El artista muestra mayor libertad de creación y representa frutos y animales. Por lo general es monócroma, es decir de un solo color: o blanco crema o marrón rojizo. El pintado se realiza antes del cocido, lo que significa un avance tecnológico.
También produjeron estatuillas antropomorfas similares a los cuchimilcos de la cultura Chancay.

Trepanaciones Craneanas

Existe constancia de que los paracas practicaron operaciones quirúrgicas, especialmente las llamadas trepanaciones craneanas. Para esta práctica el cirujano paracas usaba fresas de obsidiana, tumis o cuchillos con filo en forma de medialuna (hechos de una mezcla de oro y plata), bisturís y pinzas. También usaban algodón, gasas y vendas. Se perforaba el cráneo con la fresa de obsidiana y se raspaba o excavaba el hueso dañado con el tumi, haciendo un movimiento circular que daba forma circular a la abertura. Realizado el tratamiento respectivo, se obturaba la abertura con planchas de oro o de mate (calabaza).

Se ha discutido mucho las razones que impulsaron a la realización de esta práctica; se cree que fueron hechas con la intención de curar fracturas por hundimiento de las paredes óseas, para el alivio de las cefaleas y el tratamiento de las enfermedades mentales mediante procedimientos mágicos (posiblemente se creía que al abrir el cráneo salían los espíritus causantes del mal).

Muchos cráneos con señales de trepanación indican que las personas sobrevivían a esa práctica, esto por la presencia de callos óseos en la zona operada, los mismos que solo se forman al pasar los años en una persona viva.

Deformaciones Craneanas

La deformación craneana fue ampliamente practicada en el período Paracas-Necrópolis. Dos fueron los tipos preferidos: de cabezas alargadas y de cráneos redondeados.
La deformación craneana debía iniciarse en el individuo en su temprana edad. Para lograrla se usaban vendas y hasta tablillas que eran sujetadas al cráneo con cuerdas; con los años la presión hacía que la cabeza se deformara de manera artificial.

Esta práctica es muy antigua y se ha dado también en otras culturas del mundo. Esta universalización se atribuye a que posiblemente tuviera su origen en el remoto paleolítico, anterior al poblamiento de América. Teóricamente, debió ser motivada por el deseo de unos individuos de diferenciarse de otros de su mismo grupo racial, por razones de jerarquía.

Fuente :Wikipedia y PeruTopTours